Piloto: Así empieza todo

Aquí te cuento la historia de mi tienda. O más bien, del proceso detrás de su creación.

Durante estos tres años que llevo construyendo Me Late Chocolate nunca me planteé ser parte principal del proyecto, o por lo menos no como centro de atención. Cuando empecé, siempre quise estar "tras bambalinas", en el anonimato. Hice unos cuantos reels (que además son dificilísimos de grabar), pero después de varios intentos fallidos decidí delegar el manejo de redes a alguien más experimentado. Después de eso me desentendí completamente de la creación de contenido y me dediqué únicamente a lo que me hace más feliz: encontrar tesoros vintage.

Hoy decidí que, si bien no soy la más experta creando contenido ni moviendo redes, ya no quiero estar más en el anonimato. Hace poco encontré la posibilidad de conectar con las personas que apoyan a Me Late Chocolate con lo que escribo, y este blog es la excusa perfecta para involucrarles a ustedes (sin tener que grabar ningún reel tedioso) en el detrás de cámaras de este proyecto que tanto quiero. Además, no podía desaprovechar la oportunidad de vivir mi propio Carrie Bradshaw moment. 

Me Late Chocolate Vintage se fundó el 9 de mayo de 2020. Digo "fundó", pero su fundación fue realmente abrir una página en Instagram, con un logo hecho en Canva y unas historias destacadas hechas a mano en paint. Sinceramente no tenía ninguna expectativa, decidí abrir mi propia tienda de ropa porque ya no quería pagar comisiones de venta a plataformas grandes en las que posteaba mis prendas, pero era yo quien tenía que gestionar todo el proceso de empaque, envío, servicio al cliente y toma de fotos. Y sí, mi primer seguidor era yo misma desde mi cuenta personal. 

Empecé vendiendo mi propia ropa, cuidadosamente acomodada sobre una sábana blanca sin planchar para hacerla ver más "aesthetic". Lo cierto es que no empecé con mucho y mi tienda era muy sencilla: las fotos eran oscuras y pixeladas, las dinámicas de compra eran todo menos claras y la identidad de la marca era prácticamente inexistente. Pero ey, puntos extra por la florecita en el costado y los collages "publicitarios".

Me tomó semanas hacer mi primera venta, pero al cabo del primer mes ya había vendido todo lo que subí la primera semana. Estaba en las nubes. Me Late Chocolate había empezado a tomar vuelo, y debo confesar que si no hubiera sido por el apoyo de la comunidad tan bella de tiendas de segunda en Instagram, mi tienda nunca hubiera podido crecer como lo hizo en su momento. Todos los lunes, sin falta, yo subía de 3 a 4 prendas nuevas, y procuraba interactuar todos los días con los pocos seguidores que tenía a través de historias. 

Después de vender todas las prendas de mi closet personal y del de mi mamá me encontré con un gran problema, ¿de dónde iba a sacar más ropa para vender? Encontrar proveedores no solo requiere de una ardua labor investigativa, sino también de fortalecer relaciones con los vendedores para que te tengan en cuenta cada vez que sacan nuevas prendas y te den buenos precios. Trabajar en estas relaciones toma tiempo (y quizás es por esto que casi ninguna tienda revela los contactos de sus proveedores), pero da muchos frutos. Al comienzo también probé comprándole ropa directamente a los seguidores de la página, pero fallé monumentalmente e hice muy malas inversiones. Estas anécdotas podría contárselas en una proxima entrada, lo importante de todo esto es reconocer que las cosas toman tiempo y los buenos resultados no siempre se consiguen de un día para otro.

Si te estás preguntando por el origen del nombre de la página (cosa que me preguntan muy seguido), debo confesar que no hay una gran historia detrás. Me lo soñé meses antes de siquiera tener la idea de abrir mi propia tienda, pero para mi suerte, el nombre cazó perfecto con la marca y no pienso cambiarlo nunca. Me Late Chocolate Vintage había llegado para quedarse.